Ponemos en remojo los garbanzos el día anterior en dos litros de agua fría durante 12 horas.
Lavamos el resto del perejil y el cilantro. Los sacudimos para secarlos y arrancamos las hojas y las echamos en el vaso. Pelamos los chalotes y los partimos por la mitad.
Pelamos también el ajo y echamos los ingredientes en el vaso junto con la harissa y la sal. Ponemos la tapa con el medidor y trituramos todo 10 segundos a velociad 8.
Empujamos los restos con la ayuda de la espátula hacia las cuchillas y repetimos la operación hasta tener la pasta lisa y aterciopelada
Pasamos la pasta a un bol y formamos bolas con la ayuda de dos cucharas.
Calentamos el aceite en una sartén honda o en el wok y freímos los falafeles por tandas hasta que estén bien dorados. Los dejamos escurrir sobre el papel de cocina y los servimos acompañados con salsa de yogur