Vivimos en una época en la que Instagram puede ser una red social bonita al igual que dañina. Los influencers destacan por enseñar toda su vida lo que tiene su parte positiva y negativa.
Una de las influencers que más están en el punto de mira es Raquel Reitx. Lleva unos días siendo noticia por su ruptura con Álvaro Mel, sus «extraños» stories y el horroroso vestido que ha lucido en la boda de Rocío Osorno.
A lo largo del día de hoy, Raquel ha subido una foto a su Instagram en la que se le marcan las costillas, y sus seguidores han empezado a hacer todo tipo de comentarios. La foto en cuestión es la siguiente:
https://www.instagram.com/p/BzajbeKC2rV/?igshid=1w44wq8b81jcy
Muchos le decían que estaba estupenda, otros que se preocupaban por qué parecía muy delgada y otros que la defendían por qué según ellos las costillas se le marcan por genética.
Los peores son los que han insinuado que esa foto podría perjudicar a mucha gente ya que hay muchas adolescentes que la tienen como ejemplo y que quieren ser como ella.
Desde aquí a mí el tema de los cuerpos me parece un poco agotador. La cuestión es que el tema del físico está siempre muy presente y hay que entender que las opiniones sean hacia el tipo de cuerpo que sean pueden hacer mucho daño.
Al final resulta que mucho hablar de libertad pero ni siquiera se puede subir una foto a Instagram sin que la gente vaya corriendo a comentar si la persona protagonista está muy gorda, o muy delgada, o se ve muy alta o muy baja.
Distinto es el caso de Violeta que comentaba esta mañana, en el que hablábamos acerca de su físico basándose en su actitud y las declaraciones de su familia.