El sangrado de implantación suele ser uno de los primeros síntomas de embarazo, pero puede confundirse fácilmente. Las primeras semanas de gestación se caracterizan por vivir en una continua incertidumbre. Es algo completamente normal y que le ocurre a todas las mujeres.
Esto es debido a que los síntomas de este sangrado pueden ser muy similares a los de los días previos a la menstruación. Por este motivo, estarás alerta y te preocuparás ante la más mínima señal desconocida que sientas. Sobre todo las mujeres que nunca han estado embarazadas.
¿Qué es el sangrado de implantación?
El sangrado de implantación es una pequeña cantidad de manchado que puedes tener 15 días después de la concepción. Puede coincidir con las fechas en las que debería llegar la menstruación, por tanto, pensarás que todo sigue su curso. En caso de que ya sepas que estás embarazada porque has realizado un test de embarazo, puede ser una fuente de preocupación.
En un principio, este sangrado no debe de ser un motivo de alerta, es algo muy común que les pasa a 3 de cada 10 mujeres. Lo que significa es que el óvulo fecundado se ha adherido al revestimiento del útero correctamente. Al ocurrir esto, se han roto venas y arterias del endometrio dando lugar a ese pequeño manchado.
Este sangrado de implantación se diferencia de la menstruación en que es muy poca cantidad y se da de forma intermitente. Puede durar tan solo unas horas o como máximo entre uno y dos días y desaparece solo, no necesita ningún tratamiento. En cuanto al color, según la experiencia de diferentes mujeres, suele tener un tono rosado o marrón. La textura de este sangrado es mucho más ligera que la de la menstruación.
¿Y si además tengo dolores?
El sangrado de implantación puede ir acompañado de dolores similares a los que sufrimos las mujeres durante la menstruación. Esto es debido a la implantación como tal y otras causas. Esto tampoco debe ser motivo de preocupación.
El dolor se debe a que, aunque el sangrado de implantación indica que estamos en los primeros días de embarazo. La verdad es que el cuerpo comienza a prepararse para el embarazo desde el primer momento.
Los dolores que sientes los primeros días están relacionados con la colocación y crecimiento del útero. Un órgano que está dedicado a ser el recipiente en el que tu futuro bebé se alojará durante los siguientes nueve meses. Se pueden notar cólicos, pinchazos o lo que algunas mujeres describen como retortijones.
Cada cuerpo es un mundo, hay mujeres que afirman no haber sentido este dolor nunca en otros embarazos, en un principio es algo normal. A no ser que sea un dolor continuo, muy fuerte y que cause muchas molestias, en cuyo caso habría que acudir a un médico para revisar el motivo.
Como ves el sangrado de implantación es algo muy común que no indica que tengas que preocuparte. Aún así, si estás embarazada o crees que puedes estarlo, y tienes alguno de los síntomas mencionados anteriormente, también puedes ir a un especialista para que te confirme que todo está bien y te puedas quedar más tranquila.