Netflix y HBO han cambiado por completo el panorama televisivo. Ambas plataformas han reformulado la forma de visionar series y películas en streaming de manera legal, y cada una lo ha hecho a su manera, pero ambos sistemas parecen funcionar.
En sus inicios, Netflix basó por completo su estrategia en crear un videoclub online que pudiese competir contra los más grandes del sector. Cuando internet comenzó a ofrecer mayores posibilidades, su plataforma de streaming se basó en la compra compulsiva de grandes éxitos, y gracias a ello su comunidad fue creciendo más y más. Pero han llegado a un punto, en el que su producción propia es todavía mayor que aquella que van comprando. Si te gustaría conocer más sobre ella, aquí puedes echar un vistazo a las mejores películas en Netflix.
En el caso de HBO su aproximación fue la contraria. La cadena de cable estadounidense llevaba décadas ofreciendo series de calidad, y con la llegada de su plataforma online comenzaron a ofrecer contenido de otros estudios para conseguir aumentar su oferta.
Con el paso del tiempo han logrado reunir un amplio catálogo de títulos de cine muy competitivo. Aquí os dejamos las mejores películas en HBO.
Sin embargo, tanto en Netflix como en HBO, la clave parece residir en la fidelidad de sus usuarios. En un mundo donde hay tanta competencia en estos momentos, conseguir diferenciarse del resto es algo fundamental para cualquier plataforma. Y aquí juega un papel fundamental el contenido propio de ambas empresas, que sin duda está muy por encima de su competencia.
En el caso de HBO, todos conocemos series como Hermanos de Sangre o Juego de Tronos. Miles de suscriptores se engancharon a la plataforma solo para ver alguna de sus series y luego se quedaron convencidos por el resto de estrenos secundarios que poco a poco van lanzando.
Netflix tuvo uno de sus primeros éxitos con House of Cards, y posteriormente muchas más series y películas propias han ido manteniendo el engadgement con sus usuarios. Hay tanto contenido en ambas plataformas, que resulta prácticamente imposible consumirlo al mismo ritmo que se produce.
Sin embargo, esto también es un problema. Para que Netflix pueda mantener su crecimiento y conservar la fidelidad de sus usuarios, deben invertir una gran suma de dinero anualmente en nuevos títulos. Este sistema, aunque está funcionando, también se lleva por el camino muchas series y películas de mala calidad, que se estrenan por el mero hecho de tener algo nuevo que lanzar al mercado.
HBO sin embargo, acostumbrado al negocio del cable, lleva una estrategia totalmente opuesta. La cadena apuesta mucho más por la calidad, dejando a un lado el número de estrenos diarios que tiene Netflix, y sin embargo, más de 48 años de lanzamientos avalan por completo su estrategia.
Solo el tiempo dirá si ambas empresas logran aumentar año a año su éxito, pero lo que es seguro es que en estos momentos ninguno de sus rivales se acerca a lo que estos dos grupos han conseguido hasta ahora.
