Los influencers está claro que han llegado para quedarse. A mucha gente no le gustan porque no entienden el trabajo, la cantidad de dinero que ganan y el tipo de vida que llevan pero, ¿Es proporcional todo esto en base a su día a día?
Aclarar que aquí se les critica mucho por lo que hacen y su manera de gestionar su trabajo, sus fallos y que también aplaudimos sus logros porque las cosas bien hechas bien parecen. Hoy vamos a hablar sólo de la profesión, no de ninguno de ellos en concreto.
La mayoría de las personas piensan que algún día youtube o instagram se va a acabar pero yo creo que es mentira. Si lo pensáis todos los influencers espezaron con youtube, blogs, e instagram llego después.
Su carisma, personalidad y la temática del canal hace que ganen fans y según si tienen muchos o pocos las marcas confían en ellos. ¿Por qué confían en ellos ya que a veces sus vídeos y fotos no son tan buenos? ¿Las marcas se fijan sólo en el numero de seguidores y visualizaciones? Os lo voy a explicar.
Los influencers tienen tanto fans como haters, pero las dos partes les dan visualizaciones y popularidad que es lo que las marcas quieren. Hacer un anuncio en una revista o en la televisión sale muy caro porque hay que contar con el equipo, maquilladores, editores de vídeo, fotografos…una locura de gastos.
Contactar con un influencer consiste en hablar con él, negociar la cantidad de dinero «justa» que normalmente va en proporción a la audiencia, enviar el producto y ya. Es el youtuber el que pone el equipo, edita sus vídeos, y se encarga de maquillarse, preparar un buen vídeo y hacer una buena foto.
A no ser que sean campañas grandes con anuncios de televisión como el que protagonizaron Paula Gonu y El Rubius de «Fanta» hace unos años.
La verdad es que habrá unos que lo hagan mejor que otros pero si hay algo que es evidente es que las marcas se ahorran mucho dinero y probablemente ingresen más que si hicieran el anuncio de otra manera. Sólo hay que ver lo rápido que se agotan los productos en las tiendas en algunos casos.
Y esta es la parte más «bonita», vamos a por la parte negativa. Insultos, haters, mensajes negativos, acoso, incluso los fans pueden protagonizar momentos incómodos. Los más conocidos no pueden hacer la compra agusto o algo tan básico cómo ir al cine porque los fans les interrumpen para pedirles fotos.
Y yo eso no lo veo necesario. Sólo tenemos que ver la que se lió con Dulceida hace un par de veranos cuando dijo que no se haría fotos con nadie en sus vacaciones porque quería desconectar. Todo el mundo se le echó encima y no fueron capaces de entender que estás personas necesitan dejar a un lado su faceta de personaje para relajarse y disfrutar de su tiempo libre.
Y es que nosotros solo vemos ¿un 5% de su día a día? en la mayoría de los casos sí, pero no debe de ser fácil gestionar todo esto ya que muchos están reconociendo necesitar ayuda psicológica por los problemas de ansiedad que padecen.
¿Es justo lo que las marcas pagan? Pues «tan honorable es pedir como no dar», si un influencer pide una cantidad x de dinero y la marca está dispuesta a pagarla será porque considera que merece la pena. Si no les saliera rentable no lo harían.
¿Qué es lo que me mosquea a mí soberanamente? Que las marcas a ellos les regalen todo y luego con los clientes que compramos siempre y nos dejamos un autentico dineral pagando productos muy caros no tengan ni un sólo detalle.
Abro debate para que me contéis que pensáis vosotros al respecto.
